Monday, June 18, 2007

Algo nunca contado a nadie


Yo creo que si María Lesmes no era una lesbiana desde niña, entonces era un chico espía infiltrado en nuestro colegio de monjas.

Conocí a María Lesmes en 3ero de EGB. Lo recuerdo bien, porque nos cambiaron el uniforme y en los recreos nos correspondía jugar en el patio de las mayores que no tenían columpios.

María tenía el pelo más corto que mis primos e incluso hablaba y se movía más bruscamente que ellos. A mí, que no frecuentaba a chicos, solamente a mis primos, esa niña me perturbaba. Me hacía sentir como si estuviese tratando a un niño.

No es que me gustase, de hecho era bastante feucha. Muy delgadita, con mucho pelo tipo pelusa en la cara. Me recordaba a un monito, pero aún así, la admiraba. Nunca lloraba, y se atrevía a hacer todas las acrobacias en los columpios.

En una ocasión, en una voltereta mal dada, se quedó enganchada boca abajo, con la falda tapándole la cara y se le vieron las bragas, o mejor dicho lo que debieran de haber sido bragas, porque en vez de bragas, lo que María usaba, eran calzoncillos. Estuve todo el resto del recreo preguntándole la razón de ello. No me dio ninguna, y a cambio me exigió silencio perpetuo, creo que hasta incluso me amenazó. Hasta el día de hoy he mantenido la promesa.

No era en mi, a la única que esa niña-niño causaba esa impresión. Pese a que no recuerdo que María, en aquella época tuviese más amigas, tenía otra admiradora, mi adversaria. Más que nada porque nos caíamos mal mutuamente. Las tres al mismo tiempo no podíamos estar. Lourdes, así se llamaba, también quería ser niño. Usaba el pelo corto, al estilo príncipe valiente. Pese a ser rubia y de ojos azules, al tener un cuerpo grande y moverlo toscamente, no tenía nada de gracia. A mi lo que más me desagradaba de ella, es que estaba todo el día con los dedos hurgándose la nariz. En el fondo era una falsa imitación de María.

A veces en los recreos, si las veía jugando a ambas, me tenía que fastidiar y no me acercaba a ellas. Además, lo único que sacaba eran burlas de Lourdes por miedica al no atreverme a participar en todos sus juegos. Me consolaba, porque sabía que por la tarde en la ruta de regreso a casa, María también iba y solamente iría yo como única compañía.

María solo estuvo en el colegio ese año. Desapareció sin explicación alguna. Nunca conté esta historia a nadie, para que no fuesen a pensar que me gustaban las niñas. Pero sigo pensando que esa chica, tenía más de chico que de chica.

2 comments:

Anonymous said...

Hola, muy interesante el post, saludos desde Mexico!

Anonymous said...

Felicitaciones, muy interesante el articulo, espero que sigas actualizandolo!