Tuesday, May 23, 2006

Fuera esas Putas Oñas (publireportaje)


"Fuera esas Putas Oñas" es la última novedad en medicina que ayuda a recuperar la personalidad propia para aquellas mujeres víctimas del síndrome premenstrual. Está basado en un complejo vitamínico, que lo hace poco agresivo con el cuerpo, al tener nulos efectos nocivos secundarios.

Este revolucionario tratamiento ha sido desarrollado por un grupo de científicos y estudiosos provenientes de diversos campos de la medicina, sicología, siquiatría y ciencias alternativas. Este grupo ha dedicado 5 años al estudio en profundidad de las hormonas en relación con el comportamiento feminino durante el ciclo menstrual. Han logrado aislar el impacto de las fluctuaciones de los niveles hormonales en la siquis femenina.

El mayor logro de este estudio ha sido la identificación de aquellas hormonas que debido a una sobrereacción del cuerpo son segregadas sin ser realmente necesarias, siendo las culpables de las alteraciones sicológicas durante el período premenstrual. A este grupo de hormonas pertenecen los excesos de hormonas foliculoestimulantes (FSH), de estrógenos, de hormonas luteinizantes (LH), de progesterona y de prostaglandinas. A este conjunto sobrante se le ha denominado Oñas.

La culminación de esta ardua investigación lo ha permitido el hallazgo de la composición vitamínica exacta, que desencadena una reacción química a medida en cada mujer que elimina las Oñas. El éxito de este complejo, radica en que es un reaccionante, lo que permite que la segregación de químicos sea la justa y necesaria para cada caso individual, evitando desajustes y por ende efectos secundarios en el organismo.

El laboratorio y sede principal de este estudio se puede apreciar en la foto superior. El deterioro del inmueble ha sido provocado por aquellas mujeres que durante el período premenstrual fueron sometidas a observación siendo recluidas y permanentemente provocadas para explorar sus límites síquicos. Este método utilizado con fines científicos ha sido considerado poco ortodoxo por distintas organizaciones defensoras de los derechos humanos, las que han levantado varias demandas a este grupo de estudiosos. Sin embargo, dado los niveles de éxito alcanzado, es de esperar que poco a poco las vayan retirando.

Sunday, May 21, 2006

Avidez de información


¿Has tenido alguna vez la necesidad de saber qué sucede en cada lugar del mundo? yo no, pero Diego un kioskero que a veces le compro el periódico los domingos, sí.

El domingo pasado me contó la historia de su afán. Esta obsesión la ha tenido desde que recuerda. Al principio, como no sabía leer, preguntaba a sus padres, aunque sin duda prefería interrogar a sus abuelos, que solían saber más y ser más pacientes con él. Aún así para satisfacer su voracidad de conocimientos, se urgió a independizarse y ser un lector precoz. Su infancia transcurrió bastante normal, más lector y retirado que el resto de los niños, pero su generosidad en la divulgación de lo aprendido, le hizo ganar un reconocimiento entre sus compañeros e incluso profesores, llegando a ser muy querido y respetado.

Ya más tarde decidió estudiar periodismo, en la se destacó por su avidez de conocimiento, y por ser un estudiante exhaustivo e inagotable, lo que lo condujo a ser uno de los mejores alumnos de su generación.

Sin embargo, una vez egresado, aunque no tuvo problemas en encontrar trabajo, ninguno le gustaba y viceversa, no le dejaban tiempo para enterarse de lo que acontecía fuera de su ámbito de actuación. Tenía que conformarse con una parte, a su juicio, bastante parcial de los hechos. Había llegado la hora de especializarse, el mundo laboral se lo exígia. Pero ¿en qué? nada era lo suficientemente interesante para desestimar el resto de las áreas y al revés. Era el todo lo que él quería. Además, al contrario que la mayoría de los periodistas, él no opinaba, no le interesaba. Total se decía, lo que ha de suceder, sucederá igual. Solamente tenía la necesidad de saberlo todo.

Así pues para Diego comenzó la época que recuerda con mayores agobios y frustraciones de su vida. Se sentía incomprendido y aturdido. Ya no sabía si él estaba errado o el mundo, siempre tan amable con él se había cansado y ahora estaba en su contra. Hasta que un día, corriendo a redacción, se detuvo en un kiosko. Desde su época estudiantil que casi ya no tenía la necesidad de comprar la prensa, en su trabajo solían disponer de más incluso de la que le diese tiempo a leer y cada vez era mayor la pila de revistas sin leer de las suscripciones por correo. El kioskero, un señor simpático, le comentó el resultado de las elecciones en Italia y el desempeño de Alonso el día anterior. Continuó su camino, aunque con un pálpito extraño, algo le había dejado entrever el amable kioskero.

El resto de la historia, ya la sabeis. Diego ha encontrado su destino. Ahora está emocionado con la próxima instalación de internet wi-fi en el kiosko. Sin duda le permitirá estar enterado de todo. Yo también estoy muy contenta de tenerlo por kioskero, ahora de camino al trabajo, he de mencionar que trabajo en bolsa, me detengo 5 minutos en su kiosko y me cuenta el panorama, yo le hago preguntas y en caso de no saber constestarlas o tener la más mínima duda me las resuleve para el día siguiente. Sospecho que mi jefe, sin saberlo, también está muy contento de que yo conozca a Diego.

Wednesday, May 17, 2006

Cosas de familia


Mi tía que ultimamente se comportaba de un modo un tanto extraño, por fin la he comprendido. La verdad, cada día la cosa iba a peor. Todo comenzó con la típica pérdida de memoria, un domingo que me llamó al móvil, alarmada porque en la oficina nadie le contestaba; otro cuando me presenté en su casa a cenar me abrió la puerta en camisón siendo que me había invitado durante la misma mañana...osea me imagino que nada muy distinto a los típicos descuidos, un poco más agudos que los que pueda tener cualquier persona de su edad, pero aún así, en ella, una persona de naturaleza despistada, esto no nos alarmó. Tanto es así que en la familia empezamos a hacer una colección de las extravagancias de la tía, que amenizaron nuestras reuniones familiares durante varios meses.

¡Qué ingenuos y descuidados fuimos!. Nadie sospechó nada hasta el anuncio que nos desconcertó: la tía se había matriculado en la universidad, en Turismo especícficamente, ¿?, bueno ese detalle al menos concordaba con su personalidad viajera y ávida de conocimiento de mundo, confirmaba que seguía siendo la misma. Aún así nos inquietó y nos propusimos indagar entre sus amistades y digo propusimos, porque no llegamos muy lejos, resulta que las había dejado de frecuentar, ella siempre tan social. Más extraño aún, el portero, nos comentó que llevaba una temporada haciendo reuniones que duraban hasta altas horas de la madrugada en la que asistían, al parecer sus compañeros de facultad. Nada dificil de corroborar, todos los vecinos habían protestado por los altos decibeles de la música.

Sin embargo la alarma hasta ese momento no había sonado claramente para nosotros. A todos nos seguían pareciendo extravagancias, un tanto extremas, de nuestra querida tía. El día que realmente me preocupó, fue cuando se presentó en mi casa vestida como una joven de 20 años, masticando chicle, pidiendo que la acompañase a comprar entradas para Benicasim (festival de música internacional de tres días de duración). En ese momento me alarmé, más que eso, casi me desmayé, mi jovial pariente me tuvo que reanimar.

Después de casi un año de doctores, siquiatras, sicólogos, médicos alternativos, etc., sin conseguir dos diagnósticos iguales, concluímos que todos estaban, cuando menos, desorientados. Es importante mencionar que siempre llevábamos a la tía con qualquier excusa, nunca nadie le expresó sus temores, primero para no asustarla, segundo para no confundirla.

Hasta que un día me llamó para que la fuese a buscar a la facultad para tomarnos un café y contarme algo, ¡cómo no acudir!, presentía una revelación. La foto la saqué sin que se diera cuenta ese día mientras me esperaba a la salida.

Resulta que no está no loca, ni padece alzheimer, ni nada similar. Simplemente, como dice ella, está de regresión. Eso, que un día se encontró asistiendo cada vez a más funerales y menos cumpleaños, lo que le llevó a la conclusión que un día cercano le tocaría a ella. La sola visualización de todos llorando alredor de su ataud le provocó insomio. Estuvo toda la noche pensando, dándole vueltas a la situación, hasta que entre vuelta y vuelta halló la solución: decrecer.

Lo más curioso de todo esto, es que empezó paulatinamente, es decir, de su edad actual (una incógnita para mi hasta la fecha), no saltó hasta la juvenud, que fue cuando nos preocupamos realmente. Sino que llevaba varios meses decreciendo, aunque admitió que hacia los 50 había perdido la paciencia y por eso en tan corto tiempo había llegado a los 20.

Yo, como ella me ha pedido, se lo he explicado al resto de la familia. Ha sido un poco difícil con algunos, sobre todo con los más reacios al cambio, pero ya nos estamos acostumbrando. Mi hija de 10 años es la más comprensiva y entusiasta, yo sospecho que es porque ve que a este paso pronto podrá jugar con la tía y sus joyas, hasta ahora denegadas. Yo creo que no se debería ilusionar tanto, la tía ahora se ha enamorado y ya se sabe, los adolescentes cambian constatemente de opinión.

Monday, May 15, 2006

El genovesito


El otro día conocí a un niño que le pasa lo mismo que a mi, que cuando quiere mucho algo, de un modo quizás insconciente, lo consigue. Bueno, este niño tiene diez años y no me lo ha expresado así tan explícito, pero yo lo puedo suponer por su historia y por cómo me la ha contado.
Yo lo comprendo, porque no es fácil asumir la responsabilidad que esto conlleva y sobre todo si se tienen solo 10 años como es su caso.

El de la foto es su tío, y se lleva fenomenal con él. Su tío hace espectáculos callejeros y siempre está viajando. La historia es que Giovanni, (el niño, que sale pensativo y con una camiseta a rayas en la foto), cada vez que su tío iba a Génova, su ciudad, después de pasar una temporada junto a su sobrino, en la que incluso el pequeño llegaba a colaborar en los espectáculos, este último siempre terminaba llorando en el puerto a la hora de su partida, y tanto llegaba a exasperar a sus padres que éstos terminaban, por puro agotamiento, dejándole solo hasta que se desahogase o ahogase en sus lágrimas, lo primero que ocurriese.

La última vez que fue su tío, tres meses antes que yo conociese a Giovanni y sacase esta foto, los padres, como en el colegio estaban de vacaciones, accedieron a las peticiones del niño y se marchó con su tío de gira por Italia. Lo pasó genial, el mejor verano de su vida, incluso aprendió a manejar los títeres y al final obtuvo su papel en la obra, y es que Giovanni sin duda, es poseedor de un gran talento. Yo lo ví y es asombroso, se transfigura en escena, traspasa un alma a cada títere, éstos adquieren vida, y pueden llegar a interpretar lo que sea, un anciano, una bestia, una princesa; su genio no tiene límites.

Ahora sin embargo, está un poco asustado de sus deseos, que es seguir con su tío en el mundo callejero del espectáculo, y ahora mismo, no 10 años más tarde. Y ahora es muy pronto. Es no terminar el colegio. Es vivir la vida de un modo distinto al de sus padres. Es hacer su elección de vida antes de tiempo, antes de tener, bajo los términos convencionales, el derecho a ello.

Lo peor del caso, el motivo de su angustia, el por qué de esa experesión pensativa, es que sabe que lo logrará, pero no sabe cómo, puesto que como es de suponer, sus padres no lo consentirán.

Y es que en el fondo, teme quedarse huérfano. Y yo comprendo su temor, porque a los que nos sucede lo que deseamos, no siempre nos sale gratis.

Con perspectiva de hormiga

Resulta que lo que a mi me va es la ciudad. Soy lo que podría decirse una hormiga urbana. Extremadamente urbana. Odio la tierra y comer polvo. Lo único que rescato del campo es el olor después de la lluvia, aquí en la ciudad, cuando llueve, lo paso bastante mal, en el asfalto se forman demasiado rápido los charcos y no siempre me da tiempo a guarecerme en el mejor lugar.

Hoy es un día de aquellos. En los que se ha puesto a llover sin previo aviso y a lo único que me ha dado tiempo es a guarecerme en una lata de Coca-cola, que si te fijas llega a salir un cachín en la foto. Todo pintaba bastante bien en un principio, iba a esperar que pasase el agucero pacientemente, pero con lo que no contaba es que unos niños confundiesen una lata con una pelota. Desconcertante.

Rodé y rodé, yo, la lata y un resto de Coca-cola sobrante, que con cada patada se sacudía entera, una verdadera pesadilla, que parecía que nunca más iba a acabar. Hasta que por fin recibimos el impacto final. Un choque con el bolón que está justo delante de la lata en la foto. Los niños siguieron camino y nadie más se acercó a patearnos.

De todos modos, más vale ser precavida, en cuanto me desaturdí un poco, salí inmediatamente de tan inoportuno refugio.

Y ahora aquí estoy agazapada tras el bolón. Perdidísima, desorientadísima y pegote por los restos de Coca-cola, aunque no he perdido el ánimo, ya que soy de naturaleza intrépida y aventurera. La verdad no sé que se hace cuando a una le pasa esto en condición de hormiga. He sido desplazada para mi perspectiva el equivalente a kilómetros y kilómetros de mi hogar que ni siquiera sé dónde está. ¿Qué hago?.

Un mensaje desde Barcelona


Hola, soy Alicia y estoy aburrida. Desde que me pusieron aquí, he estado aburrida. Ya son cinco años, que no son pocos, en el fondo de este callejón, casi no pasa nada y ni que decir los domingos, no se asoma ni dios.
Antes, cuando estaba en el Corte Inglés, era otra historia. Siempre, siempre pasaba gente, riendo, conversando, discutiendo y te enterabas de cosas, unas más interesantes que otras por supuesto, pero ahora daría lo que fuese por escuchar hasta los más absurdos y aburridos comentarios.
¡Que tiempos gloriosos! me solían exhibir en invierno con vestidos de noche, de famosos diseñadores, me veía de un glamour estripitoso; los veranos, casi siempre en bikini, luciendo mi cuerpo perfecto.
Me encantaba cuando se pasmaban delante mío y me ocontemplaban con admiración, e incluso con envidia, que se evidenciaban con comentarios del tipo, -claro el bikini en ese cuerpo, con esa cintura, maravilloso...en mi...humm-
Ahora de glamour nada. Aquí me tienen, de rapera. No lo soporto. Además quiero volver a tener mis fans, quiero sentir de nuevo las miradas de deseo por tener mi ropa, tener mi cuerpo, ser como yo... Pero claro, el Corte Inglés solo es para diosas y cuando te dejan caer y se te descascara una pierna entera, pasas a ser objeto de remate.
A veces me pregunto ¿qué habrá sido del resto? ¿quién sigue allí? ¿quién más ha sido rematado? ¿cuáles habrán sido sus destinos?
Por favor si lees esto y eras compañera/o mía o sabes de alguno de ellos, escríbeme, me gustaría retomar contacto.
Un saludo y mis agradecimientos a Burbujas que ayuda un maniquí abandonado a su suerte a difundir este mensaje.

Próspero negocio


Mi tío ha montado su propio negocio. Resulta que lo de la basura en los países desarrollados, para el que no lo sepa, se ha vuelto en una fuente de artículos de segunda mano de lo más variados e interesantes. La gente jóven, sobre todo, ya no tiene ningún pudor en asomarse a los container y recoger mesas, sillas, sofás, e incluso ropa.
Mi tío, que es muy observador, ha detectado un gran potencial y ha estado siguiendo este fénomeno de cerca e incluso ha desarrollado estadísticas y anotaciones de algunos containers clave. Ha anotado qué es lo que la gente abandona con mayor frecuencia, por quién es recogido, que en su gran mayoría son gente adulta de medios escasos (o al menos en apariencia), gente jóven que no se casa, no muy pija (si te casas te amueblan la casa) y restauradores. Ha identificado los containers en los que depositan más objetos interesantes y familiarizado con quiénes recogen estos artículos. Así pues ha desarrollado su negocio.
Ahora los domingos, está en Navacerrada instalado con su hijo que está de ayudante-aprendiz, va a por coca-cola cuando hace calor y además como es muy mono y simpático, atrae a la clientela. El tema es que se adueña de la basura mientras esté ahí. Así sin más. Como uno que va la recoge y se la lleva a su casa. Pues él llega, dice esto es mío, la examina, detecta las posibles mejoras, y se instala ante el container. Luego se la ofrece a los demás pero con valor añadido, para no ser tan jeta, como es muy manitas y sabe cómo arreglar las cosas, da las instrucciones de como dejar bastante apañado el mueble o aparato en cuestión. La mayoría de la gente paga bastante contenta, es que tiene mucha mano izquierda, sabe cuanto cobrar a cada uno, les sugiere que se lleven otros elementos que no habían visto que serán de su gusto, se compromete a reservarles, si aparecen, determinados objetos, y otros detalles que son valorados.
Ya se está haciendo conocido, el otro día que un ex-cliente recogió una mesa de un container fuera de sus dominios, luego se pasó a preguntarle qué le acosejaba hacer, si barnizarla o pintarla directamente de otro color.
Dice que es muy entretenido, y te quitas de todo ajetreo de compras, manejo de inventario y por supuesto garantías. De más está decir sobre cualquier pago de alquiler.

Por ahora es todo lo que sé. Otro día me pasaré a saludarle para ver cómo va todo. Por mientras si podéis hacer sugerencias os lo agradecería, mi tío que sabe el potencial de internet y reconoce el valor de la aportación de terceros me ha pedido que cuente su nuevo negocio en este blog a ver si salen buenas ideas. Él ya está pensando, ahora que está haciendo calor, mi primo, va a vender limonada.